Apague el motor y retire el filtro de aire. Pulverizar generosamente el producto sobre las partes metálicas que se van a limpiar. En caso de suciedad extrema, frotar con un cepillo y volver a pulverizar el producto. Deje que se seque y, a continuación, arranque el motor y déjelo funcionar brevemente. Compruebe la compatibilidad del material en una zona poco visible antes de utilizarlo. No aplicar sobre superficies calientes ni plásticos.